Peña Nieto también presume que durante su Gobierno la economía mexicana nunca dejó de crecer. Pero, a pesar de la «histórica» creación de empleos, la cual se presume será mayor que la de las dos administraciones pasadas juntas, esto no se ha reflejado ni en un mayor crecimiento económico y tampoco en una notable reducción de la pobreza, coincidieron especialistas.
«Estos son los empleos que ha generado Peña Nieto, empleos precarios, no tenemos nada que presumir porque si hubieron tenido por lo menos un impacto en los empleos de los hogares millones de personas hubieran salido de la situación de pobreza y no sucedió», dice Miguel Reyes, director del Observatorio de Salarios de la Ibero.
Por Laura Quintero
Ciudad de México, 3 de septiembre (EconomíaHoy/SinEmbargo).- En un nuevo spot, con motivo de su Sexto y último Informe de Gobierno, el Presidente Enrique Peña Nieto habla de los “logros alcanzados” con la Reforma Laboral. “Sin duda, éste ha sido el sexenio del empleo”, dice y presume que en su administración se crearon 4 millones de empleos.
Sin embargo, ¿por qué si durante esta administración la creación de empleos ha alcanzado una cifra récord, como presume el Presidente, no hay un mayor crecimiento económico y tampoco una reducción de la pobreza? Porque no todos los empleos registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) son nuevos y los que se han creado son precarios y de bajos salarios.
“No puedo dejar de mencionar la Reforma Laboral. La Reforma Laboral lo que hizo fue flexibilizar y hacer más fácil que las personas pudieran ser contratadas por distintos agentes económicos, por diferentes empresas”, destaca.
El Presidente asegura que “el resultado de esta Reforma Laboral se ha traducido en la generación de empleos. Sin duda, éste ha sido el sexenio del empleo, nunca antes en la historia de México, en una administración, en un período de 6 años, se habían generado tanto empleos como ha ocurrido en esta administración: prácticamente 4 millones de empleos”.
“Y algo bien importante”, agrega, “40 por ciento de ellos, cuatro de cada diez empleos generados, han sido para jóvenes y para mujeres”.
Peña Nieto ha presumido como uno de sus «grandes» logros la creación, hasta el momento, de más de 3 millones 700,000 empleos nuevos, pero prevé que alcanzará los 4 millones al final de su Gobierno. Sin embargo, estos empleos ni son tan nuevos ni tan prósperos como lo presume ya que un gran porcentaje de éstos son empleos que ya existían y solo se formalizaron, mientras que los que se crearon son precarios y de baja remuneración.
No es tan fácil saber exactamente cuántos de los empleos que ya se existían en la informalidad solo se formalizaron, no obstante, a través de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) podemos constatar que durante este sexenio la carencia de seguridad social cayó un 3 por ciento, ese porcentaje representa cerca de 1 millón 200,000 empleos del total que existen, por lo que podríamos deducir que esa cantidad de empleos serían producto de la formalización, por lo que, de la totalidad que presume el Presidente al rededor del 32 por ciento son empleos que ya existían.
El Presidente destaca en su nuevo spot que muchos de estos empleos se crearon con la participación de los emprendedores. “Es decir, los jóvenes que después de concluir sus estudios, o incluso sin ellos, deciden emprender un negocio”, y con ello destaca la creación del Instituto Nacional del Emprendedor.
La cual, asegura, ha apoyado a los jóvenes con “acceso al crédito, orientándoles, capacitándoles, enseñándoles las experiencias que han tenido otros empresarios”.
Peña Nieto también presume que durante su Gobierno la economía mexicana nunca dejó de crecer.
“El crecimiento de le economía nunca dejó de darse, en esta administración el promedio de Inversión Extranjera Directa por años, será de 35 mil millones de dólares, lo cual se ve reflejado en la generación de empleo y en la generación de riqueza en el país”, asegura.
Este crecimiento y esta generación de riqueza, dice, “nos abre la oportunidad de ir competir en distintos mercados, por exigentes que sean, nos ha permitido demostrarnos a nosotros mismos como mexicanos que tenemos la capacidad, el talento, la calidad en los productos que se hacen en México y que compiten en los mercados más exigentes del mundo”.
FORMALIZACIÓN Y PRECARIDAD
En entrevista para EconomíaHoy.mx, Miguel Reyes, director del Observatorio de Salarios de la Ibero, explicó que a partir de la reforma fiscal que se realizó en el 2013 y de la reforma laboral del 2012 empezó un proceso en donde los empleos más precarios se formalizaron, ya que se abarataron los costos de contratación y despidos y a cambio de eso se incentivo la formalización.
«Muchos empresarios que ya contaban con esos trabajadores optaron por formalizarlos porque les daba la ventaja de abaratar los costos de contratación y despidos. La marca de los empleos de Peña Nieto son: bajos salarios, precariedad y formalización de los que ya había», aseguró.
Por otro lado, destacó que el empleo que impulsó la actual administración no es un empleo calificado, los empleos que se están generando no son del nivel de alguien que tiene una licenciatura, incluso un posgrado, sin embargo por la composición del mercado laboral ya hay más personas con una elevada formación que aceptan dichos empleos.
«No son empleos producto de la inversión en infraestructura, tecnología e innovación, ni tampoco de la inserción de México en el mercado internacional. Todo se debe a empleos precarios: ventas, maquila, empleos que no son calificados», destacó Reyes.
AL ALZA LA PRECARIDAD
De acuerdo con cifras de la ENOE, elaborada por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), de 2012 a 2017 la población que recibe de 0 a 3 salarios mínimos ascendió a más de 3 millones 779,000 personas, esta cantidad representa pasó de representar un 66.2 por ciento a 68.3 por ciento, con un total de 36 millones 94,780 personas. De manera contraria, la población que gana más de tres salarios mínimos, en 2012 eran 11 millones 332, 356 personas y para 2017 se había reducido a 9 millones 125, 132 personas, es decir pasó del 23.2 por ciento al 17.3 por ciento respecto al total de las personas ocupadas.
A pesar de la «histórica» creación de empleos, la cual se presume será mayor que la de las dos administraciones pasadas juntas, esto no se ha reflejado ni en un mayor crecimiento económico y tampoco en una notable reducción de la pobreza, coincidieron especialistas.
«Estos son los empleos que ha generado Peña Nieto, empleos precarios, no tenemos nada que presumir porque si hubieron tenido por lo menos un impacto en los empleos de los hogares millones de personas hubieran salido de la situación de pobreza y no sucedió, además hubiera sido un motor de crecimiento interno y tampoco sucedió», lamentó Miguel Reyes.
REFORMA LABORAL: MÁS TRABAJO PRECARIO
Por su parte, José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo y Crecimiento Económico (Idic) destacó que la reforma laboral tuvo un efecto en el outsorcing o subcontratación que acabo propiciando una precarización de las condiciones laborales.
Migue Reyes detalló que el empleo que se creó es precario, esto significa que la mayoría recibe entre 1 y 2 salarios mínimos, ingreso que no es suficiente para no caer en pobreza, no son empleos seguros, no tienen prestaciones, no tienen contratos fijos ni indeterminados, o que sus horas laborales son más de ocho, la mayor parte de la población ocupada no cuentan con nada de esto junto.
«La mayor parte del sistema productivo en México se concentra en los micro negocios, éstos solo generan empleo, en promedio, para dos personas, se trata de comercios que sólo obtienen un ingreso para subsistir. Tenemos un sistemas productivo cuya naturaleza es informal y se convierte en una válvula de escape para los mexicanos», advirtió De la Cruz.
De acuerdo con un estudio del Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, de 2012 a 2017 la población que trabaja menos de 35 horas aunque disminuyó del 25 por ciento al 23.3 por ciento, lo que significó un aumento de más de 107,000 personas. Mientras que la población que trabaja 35 horas o más, aumentó en 3 millones 728 mil personas, creció del 72.6 por ciento al 74.1 por ciento, por lo que, los trabajadores que laboran de 35 a 48 horas a la semana son el grupo que más aumenta de 2012 a 2017 en casi 3 millones de personas.
«Esto nos habla de una generalización en la prolongación de la jornada laboral que es entendible si tan sólo para conseguir la Canasta Alimenticia Recomendable (CAR) son ya necesarias 24 horas con 31 minutos, es decir, cada vez se tiene que trabajar más tiempo para adquirir -contradictoriamente- menos alimentos para poner en la mesa del hogar», destaca el informe.
«La política laboral emprendida por Peña Nieto es un gran fracaso porque no tiene impactos reales ni en el crecimiento económico, el cual ha sido marginal durante todo su gobierno, ni en desigualdad y menos en la erradicación de la pobreza», destacó Miguel Reyes.